La internalización del pensamiento
autocritico, desarrollista e ideologías
económicas al margen de concepciones étnoraciales
Por Rilda Molina Benavides
El mejor
reflejo de América Latina en cuanto a
sistema mundial económico es Bolivia,
puesto que compartimos una herencia ligada al poder y la economía colonial, tanto
la cultura como el comportamiento de la sociedad latinoamericana, se centran en
bases y vestigios del colonialismo.
“No hay historia sino una historia
mundial… “ (Aranda, 2010)
Bolivia antiguamente se encontraría arriba en la economía
mundial, al ser un país productor de minerales, el colonialismo deja como
herencia una actitud de pobreza, de explotación, perdiendo su cultura, sus
valores, sus costumbres y su dignidad. Dicha herencia queda mas que en actos,
vivencias o atropellos, en la peor de las heredades, deja vestigios negativos
en la mentalidad del boliviano.
Coartando el pensamiento y la educación de nuestra
sociedad es que el boliviano decide quedarse en un inerte aparato estatal
improductivo, es ahí donde se afianza la idea de querer ser rentista, con una
pobre visualización del futuro. Las reivindicaciones sociales y de raza, atrasaron
los procesos de cambio ya que el mundo sigue avanzando, desde nuestros vecinos
hasta el otro lado del mundo, que en política económica abolieron a las
sociedades monoproductoras, que solo dejan
pobreza a su paso.
Enmarcarse en las necesidades del mercado mundial, es la
visión que fomentara nuestro pensamiento desarrollista real, puesto que nuestro marco
económico ya no es minero y pronto dejara de ser petrolero. Solo así sacaremos
ese estigma de la mente de nuestra juventud que piensa que su única alternativa
a futuro es aspirar a ser rentista.
América Latina por sus características en desarrollo, necesita
unificarse, formar una sola Potencia Económica, aunque suene utópico como un
día soñó el Libertador Simón Bolívar.
El desarrollismo es de carácter psicológico, ya que hace
que el individuo sea más social en sus enfoques económicos de desarrollo
sostenible y sustentable, lo cual marca un cambio radical en la economía, una
ideología económica muy al margen de lo cultural; direccionada únicamente en el
fortalecimiento de la economía.
Entrar en el Sistema Mundial, hoy, permite el desarrollo
de una sociedad civil madura con una actitud de apertura hacia los mercados
mundiales, en un clima de hermandad con los demás países de América Latina,
direccionada en un desarrollo que refleja toda la región, lo cual podría ser la
solución para subir los estándares de pobreza y mejorar la calidad de vida.
Los procesos de cambio y los procesos estructurales de reubicación de
zonas de productividad, crean la necesidad de educar a la sociedad en cuanto se
refiere a la actitud emprendedora del progreso, lineamientos y pensamientos
netamente progresistas, sin lamentos de orden reivindicatorio étnoracial, dejando el pasado atrás, sin
frenar el desarrollo sustentable.
BIBLIOGRAFÍA:
Aranda, Pablo. (2010) “América Latina Rentismo Y Democracia”
Sánchez Albavera,
Fernando. 2007. América Latina y la búsqueda de un nuevo orden energético
mundial. Nueva Sociedad. Nueva Sociedad.Chasqui es una publicación del Ciespal,
P.O. Box 1701584, Quito, Ecuador. Correo electrónico:
http://www.nuso.org/upload/articulos/3366_1.pdf
Villanueva Ayón, Miriam. La seguridad humana. ¿Una
ampliación del concepto de seguridad global? Dossier del Módulo.
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